El proyecto desarrollado por GESA prevé sustituir la cubierta de fibrocemento por una de panel aislante tipo sándwich. La urgencia de estos trabajos para eliminar el amianto de la cubierta actual, viene impuesta por el estado en que se encuentra la cubierta, con algunas roturas.
La estructura de la cubierta de la nave industrial logística está compuesta por cerchas y correas de hormigón. Sobre las correas se apoya a los faldones inclinados formados por placas de chapa ondulada tipo gran ola de fibrocemento. Estos faldones por su cara inferior cuentan con un proyectado de lana de roca como material aislante térmico. Además, la zona destinada a oficinas dispone de un falso techo desmontable de placas.
El fibrocemento es una mezcla de cemento portland y amianto (o asbesto) que se usaba sobre todo en la construcción, especialmente en la época de los años setenta. En España se ha utilizado amianto blanco sobre todo en la fabricación de placas onduladas de fibrocemento (uralita) utilizadas mayormente en naves industriales, aislantes y también en canales, depósitos y conducciones de agua. Pero ahora en España está prohibido fabricar la uralita, o fibrocemento, con amianto.
Esta prohibición es de diciembre de 2002, aunque desde un año antes ya se prohibía la fabricación y solo se permitía vender lo que ya estaba fabricado. Esta normativa no afectaba a los materiales que ya estaban instalados y que, por tanto, están permitidos hasta el final de su vida útil, un ciclo de vida entre 30 y 50 años.
La fibra de amianto está considerada un material tóxico. Está prohibida en España y en Europa. Los materiales más peligrosos son los friables, es decir, los que se disgregan en pequeños trozos, polvo o fibras y estas se desprenden en el aire, estas se pueden respirar e introducir en el pulmón, con el riesgo de producir enfermedades con el paso del tiempo.
Para impedir que se produzca dispersión de fibras de amianto en el aire, estas deben eliminarse a través de sistemas de extracción. Los materiales que se extraen deben almacenarse y transportarse en embalajes cerrados y con etiquetas reglamentarias que indiquen que contienen amianto. También deben conocerse cuáles son los vertederos autorizados para residuos de amianto si no se quiere correr el riesgo de ser responsables de un delito ecológico con multas e incluso penas de cárcel en función de la gravedad del material vertido. Por tanto, debe tenerse en cuenta que es un material tóxico que requiere espacios habilitados. Este tipo de material no lo aceptan los distintos puntos limpios, centros de recepción selectiva de productos para la reutilización de residuos.